A partir de la idea del Caleidoscopio que ya vimos hace unos meses, podemos hacer una pequeña variación con resultados espectaculares: el Tomoscopio. Sus fundamentos físicos son los mismos: Reflexión y Refracción de la Luz. El único cambio que hay que hacer son las piezas translúcidas de colores por una esfera de cristal. Esta esfera de cristal es la responsable de la Refracción de la luz en ella y luego los espejos interiores, al igual que en el Caleidoscopio, son los responsables de la Reflexión. El resultado, en cualquier caso, es espectacular.
Una de las ventajas del Tomoscopio es la de poder usar cualquier forma, color o volumen que nos rodea, pues al llevar una lente (que es nuestra esfera de cristal), ésta recoge todo lo que nos rodea y lo va convirtiendo en imágenes tomoscopicas. Por otro lado, mientras que con un Caleidoscopio se necesita un mínimo de luz aceptable, con el Tomoscopio se puede jugar con cualquier tipo de iluminación por ínfima que esta sea. En un Caleidoscopio, las figuras se van formando con los trozos de cristal de color que lleva en su interior y aunque su posibilidad de generar imágenes es prácticamente infinita, en cuanto a colorido, siempre estará limitado a la cantidad de colores introducidos previamente. En el Tomoscopio esta limitación no existe y es el ptopio entorno en el que limita las imágenes. Por último, en el Tomoscopio no es necesario hacerlo girar para generar figuras, pero si lo haces, al cambiar la posición del espejo o prisma las figuras a su vez parece que se vayan abriendo o cerrando.
Imagen caleidoscópica |
Imagen tomoscópica |
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