sábado, 21 de marzo de 2015

ECLIPSE DEL SOL, 20 de marzo de 2015

Proyección del eclipse solar del 20 de marzo
(puede observarse claramente la nubosidad que le acompañó)
Todos sabemos ya lo que es un eclipse. Desde la antigüedad el ser humano ha sentido una mezcla de fascinación y terror ante este hecho astronómico que, de manera simple, ocurre cuando la Tierra, la Luna y el Sol se encuentran alineados. En general, asociado a malos augurios, no eran observados en la antigüedad con la curiosidad actual.

Los eclipses pueden ser solares o lunares, totales o parciales. Además, un eclipse lunar pueden ser penumbral (la Luna no se introduce dentro de la sombra terrestre pero sí lo hace en la llamada zonal de penumbra) que son prácticamente imperceptibles para el observador. Por su parte, un eclipse solar puede ser anular cuando nuestro satélite no se muestra lo suficientemente grande (por el carácter elíptico de su órbita) como para cubrir completamente el Sol. Además, los eclipses se presentan por parejas. Uno lunar y otro solar separados por 15 días. Este año, la primera pareja se produce en marzo-abril (total de Sol y Luna) y en septiembre (parcial de Sol y total de Luna). Que se produzcan, no quiere decir que sean visibles desde nuestra posición geográfica.


Por cierto, otro motivo para que se produzcan los eclipses es el hecho fortuito de la semejanza de tamaños que presentan la Luna y el Sol para un observador terrestre (alrededor de medio grado). Si, por ejemplo, la Luna estuviera más lejos presentaría un diámetro aparente menor y el espectáculo de un Eclipse Total de Sol no podría ocurrir.

El último eclipse de Sol, ocurrido ayer 20 de marzo, no pintaba muy bien por tierras andaluzas. Fue visible como eclipse total en una franja de más de 450 km de anchura por el Atlántico norte, pasando por Islandia y Escocia, por ejemplo. En el resto de Europa fue parcial. En la península ibérica duraría unas dos horas y quince minutos (de 9:00 a 11:15, aproximadamente). Lo malo no era que fuera parcial, lo malo era que la información meteorológica daba cielo nublado y alta probabilidad de precipitaciones... Pero al final tuvimos algo de suerte, y aunque durante todo el día estuvo nublado y lloviendo, entre las 9 y las 11 las nubes se abrieron lo suficiente como para ver el eclipse a ratos.

Cielo nublado y lluvia durante todo el 20 de marzo
Para observarlo, como ya se ha dicho cientos de veces, hay que huir de gafas de sol, radiografías, cristales ahumados o la mayoría de las gafas de soldador. Los daños oculares pueden ser muy serios y permanentes. La mejor opción, y más cara, es la de utilizar un telescopio solar. Sin embrago, no es la única. Existen muchos otros medios más allá de las gafas específicas para eclipses:

- Métodos indirectos: fotografiar una pared blanca orientada hacia el Sol durante durante el eclipse. Si lo hacemos a intervalos de dos o tres minutos podemos observar cómo va perdiendo luminosidad de manera gradual.

- Métodos de proyección: solo necesitas el tubo de cartón de un rollo de papel de cocina, un trozo de papel de aluminio y una goma elástica. Coloca el papel de aluminio en uno de los extremos del tubo y sujétalo con ayuda de la goma elástica. Hazle un agujero pequeño en la zona central, ponlo en dirección al Sol y proyecta la imagen sobre una superficie blanca. Listo para seguir el eclipse.

En nuestro caso optamos por un método de proyección llamado SolarScope. A través de un tubo captamos la luz procedente del Sol y con ayuda de un pequeño espejo lo proyectamos sobre una pantalla.

Montaje del SolarScope
Imagen proyectada del eclipse (al inicio del mismo)
Este es un pequeño vídeo con algunas de las imágenes obtenidas. Hay momentos del eclipse que los perdimos por la nubosidad y otras partes que las nubes nos acompañaron.


El próximo eclipse que se podrá observar será de Luna y Total. La madrugada del 27 al 28 de septiembre tendremos tres horas de espectáculo gratuito.


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